Y el Festival Celestina se fue ...

Y el Festival Celestina se fue ...
Entre risas como siempre...

sábado, 11 de febrero de 2012

DE NUEVO EN URGENCIAS DE TRAUMATOLOGIA...

 Siempre me he preguntado por qué una de las entradas que mas veces se ha visualizado es una titulada UN DÍA EN URGENCIAS DE TRAUMATOLOGÍA... la verdad siempre se me olvida, pero es seguro que todos tenemos alguna experiencia en urgencias de traumatología.  En aquella ocasión acompañaba a mi hijo a urgencias de traumatología por un codo.
En esta ocasión mi hijo me acompañaba a mi por un tobillo, bueno por los dos...
Por primera vez vi a mi hijo "mayor".
Ya llevo unos meses diciendo ¡¡¡como ha crecido el niño¡¡¡, pero el niño fue el que me cambió de coche, colgándome sobre su cuello incapaz de plantar ninguno de los dos pies.
Un dolor insoportable invadía mi cuerpo, mis piernas, impotencia... desesperación... cada vez afianzando que lo que había ocurrido era importante... no era un simple esguince.
El traslado en coche hasta el hospital, largo y tortuoso, cada bache de la carretera se clavaba en mis pies, cada curva me hacía cambiar de postura o al menos intentarlo.
Por el camino con mucho dolor llamé a mis padres. Mi madre esperaba mi llamada de llegada a casa, y si tardo en llamar enseguida se preocupa, así que me adelanté a su llamada y le dije, "Voy a Toledo a urgencias mama, me he torcido un pié", sabiendo de sobra, que era mucho mas que eso ... Ella no le dio importancia, lo que me indujo a pensar que mis dotes de buena actriz funcionaron solo preguntó ¿y el niño? - el niño viene conmigo.
Vale, me dijo, cuando vuelvas a casa me llamas.
-Vale mama.
Después sonó el teléfono, Carlos tenía buenas noticias que darme, pero al escuchar mi voz, enseguida presintió que algo malo estaba pasando...
La llegada al hospital, me sentí orgullosa madre.... Mi hijo se encargó de dar mis datos, y mostrar todos los papeles necesarios, y mientras le miraba de pie en la cola de la ventanilla pensaba una vez mas ... "¡como ha crecido mi hijo¡"
Esta vez la espera no fue tan larga, sentada en una silla de ruedas, esperaba pacientemente una cola interminable, donde la gente se quejaba de las horas que llevaban esperando.
Yo ya había vivido aquella situación antes.
Las prioridades son las prioridades.
Salió la enfermera y me dijo en un tono mas bien desagradable ¡QUITESE LAS BOTAS¡ a lo que conteste no menos desagradable VA A SER QUE NO...
Me dijo: "si tengo que mirarla el pié se tendrá que quitar las botas, si no no puedo mirarle el pie"
Empezaba a sacarme de quicio... le dije NO PUEDO QUITARME LAS BOTAS... ¿ME AYUDAS?, y me dijo iniciando ya un tono de bronca mas que significativo
¿Es que usted no se quita las botas en su casa todos los días?
le conteste.. EFECTIVAMENTE, PERO CUANDO LLEGO A MI CASA CADA DÍA NO TENGO LAS PIERNAS TAN HINCHADAS COMO AHORA MISMO.
Me dejó allí abandonada como un perro, o al menos así me sentí.
Pero nuevamente funciono la providencia o los ángeles de la guarda.
De entre todo el tumulto salió Beatriz.
La primera vez que actué en una cueva, fue en la de su padre cuando hacía el papel de la loca madre de Mencía. Eran las 8 de la tarde, ella llevaba allí desde la 1 del medio día con un dolor en la  pierna. Me dijo ¿quieres que te ayude a quitarte las botas?, le dije, creo que la del pie derecho va a ser imposible Bea, esta demasiado dolorido e hinchado y supongo que esta roto. Ella lo intentó, y mis gritos se oyeron en toda la sala de espera de traumatología. Llegamos a la conclusión ambas, que sería necesario cortar la bota, pero consiguió quitarme la izquierda.

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De nuevo, salió la enfermera, creo que en ese momento ambas pensamos que se nos habían ido las vueltas en el encuentro anterior. Le dije he conseguido quitarme una, la otra rompela. Entonces ella agarró la bota y comenzó a tirar, y yo a gritar, y dijo... grita todo lo que quieras, no pasa nada y es bueno que lo hagas, tengo que quitarte la bota. Al sacarla dijo: "Esta pierna esta rota y es de quirófano, tendrás que quedarte ingresada". Mi pierna no era mi pierna... era otra cosa. El tobillo estaba tan gordo como la rodilla. A continuación pidió una camilla. Me tumbo en ella y me coloco la pierna, y directamente me paso a rayos.
Aquí viene la parte sorprendente, donde ambas nos entendimos supongo que ella al ver mi pierna me entendió y yo al oír como la llamaban "puta" y "guarra" porque yo había llegado la ultima y me estaban atendiendo la primera.
Junto con la radiografía entre a ver al traumatólogo que todo lo que hizo fue confirmar el veredicto de la enfermera.
- Tiene usted el tobillo roto por 7 sitios. Hay que operar y se queda usted ingresada.
- No lo puedo creer ,dije. Para cuanto tiempo tengo?
- Para que usted ande como andaba ayer.... 5 meses.
- No puede ser¡¡¡¡ tengo que inaugurar un proyecto en el mes de marzo.
- ¿Que proyecto es?
- Uno de comunicación sobre discapacidad y accesibilidad.
- Pues ha rizado usted el rizo... lo suyo es puro marketing¡¡¡ lo lleva usted incorporado a partir de ahora mismo.
Pedí disculpas a la enfermera y ella a mi también. Le pregunté su nombre, y le dije que volvería cuando tuviese mi pierna recuperada. Ella dijo, pues estaría bien, porque nadie vuelve después por aquí .. y se lo prometí. ALBA no me olvido de ti, y lo prometido es deuda, creo que iré a buscarte a URGENCIAS DE TRAUMATOLOGÍA mas o menos en el mes de junio o julio, y de todas formas GRACIAS POR TU ATENCIÓN, porque salvando el primer momento, sus mimos fueron continuos y constantes, cuando me desvistió, cuando me tubo en la camilla, cuando me hizo todas las pruebas médicas, e incluso cuando sabiendo que me gusta escribir, coloco a guía en mi mano izquierda.

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