Y el Festival Celestina se fue ...

Y el Festival Celestina se fue ...
Entre risas como siempre...

sábado, 11 de febrero de 2012

EL MOMENTO DE MI SOLEDAD....

Creo que en los hospitales lo tienen todo pensado, repensado y ordenado.
Primero te dan la información, y luego te colocan alejada, para que te la comas, lo pienses lo asimiles.
Una vez que la enfermera me preparó para quedarme en el hospital, me llevaron a una cosa que entre ellas llamaban el PARKING.
 Es esa parte del hospital que todos llaman de observación, donde un grupo de enfermeras vigilan y te mantienen aislado del resto del mundo para que vayas haciéndote a la idea de que tu vida en ese momento empieza a cambiar. Te sacan de lo que hasta entonces era tu realidad.. Te mantienen semi-atendido.
Al entrar allí, despues de haber pasado por el pasillo en el que una mujer en silla de ruedas seguía metiéndose con la enfermera por haberme atendido antes. Quedaron sus gritos en el pasillo mientras mi camillero me oyó decir... yo preferiría esperar y tener lo que tiene ella (un esguince), se lo cambio y así la atendéis antes.
El camillero, me miró y sonrió. Cumplió ordenes y me dejó en el PARKING, mientras disponían de una habitación para mi.
En ese momento agarre mi móvil y llamé a mi hermana que esperaba en un lugar mucho mas desagradable que el mio. La sala de espera de familiares de urgencias. Todo revuelto, el que está a punto de perder a un padre, el que ha traído al niño con fiebre y quien trajo a su hermana con un tobillo roto.
Nadie les había informado de lo que pasaba dentro.
Ellos no sabían que estaba pasando conmigo. Les dije "Estoy bien, me quedo ingresada, me tienen que operar, hay que avisar a los padres, porque mama si tardo en llamar se preocupara".
Allí junto a mi había un chico. No creo que superase los 22 o 23 años. Tenia en cabestrillo su brazo. Nos colocaron juntos, aunque creo que yo tuve mas suerte que el, yo estaba en camilla, el en un sillón.
De nuevo la compañía del ángel de la guarda anónimo. Cuando mi soledad y tristeza comenzó a invadirme, dirigiéndose a mi dijo: Has tardado poco en venir¡. Yo no salía de mi asombro. y le contesté: Si motivo por el que a la pobre enfermera le han dado una bronca monumental. Me contesto: Lo sé... yo estaba en el pasillo detrás de ti. Tu no me habías visto pero yo oí tus gritos cuando te quitaron la bota.
Bueno, ya me era mas familiar, me dijo ¿Te tienen que operar?, le dije que si y el me confirmó que a el también de su brazo. Compartimos nuestras historias, le conté como me había caído respondiendo a su pregunta, y el comenzo a contarme como había sido la suya desde un quad, una de esas motos de cuatro ruedas que había volcado tontamente. Me decía a veces hago el burro con ella, pero hoy de verdad que no era para tanto. Concluyó diciendo, iremos ambos a la misma planta seguro, y en ese momento llegó una enfermera y dijo NO, ella irá a la segunda y tu a la cuarta, entonces el me miró mientras se lo llevaban en la silla de ruedas y dijo vaya, pues ha sido un placer, le dije para mi también.
Desapareció de mi campo de visión.
Poco después otro camillero vino a por mi para subirme a la segunda planta, ya tenía habitación.
Al llegar a ella, saludé con mucho respeto a mi soledad. Dejé mi mirada perdida por la ventana, mientras veía las farolas de la calle, llovía ... comencé a pensar como les daría la noticia a mis padres...
Tras acordar con mi hermana que sería yo quien les llamara, que oír mi voz les tranquilizaría, tomé mi teléfono y marqué el número de mi casa, la de mis padres.
Contestó  mi padre, y con voz jovial y alegre le dije....
- Papa, tengo el pie un poco regular y me lo tienen que colocar... así que me tengo que quedar aquí en el hospital. (todo ello mientras como me enseñó Carlos marcaba una sonrisa en mi boca quedando así una alocución jovial, distendida e incluso alegre)
- Como que te tienes que quedar?
- Es un poco tarde,  le repliqué (ya eran las 12 de la noche) y tienen que colocarme el pié. Mañana os venís para acá y así os tengo mas cerca.
Bueno les deje tranquilos. No se pusieron nerviosos, mi convalecencia en el hospital acababa de comenzar. En la cama de al lado había una mujer MARÍA, me tranquilizó mucho su experiencia, ya que mas o menos sería lo mismo que me esperaba a mi. Tenia el tobillo roto, igual que yo. Ya la habían operado, igual que me iban a hacer a mi. Aunque su tobillo solo se había partido en 3 trozos. A ella ya la habían dicho que mes y medio de escayola y dos meses sin plantar el pie.
Era poco habladora. Lo suficiente. Lo necesario y me acompañó los dos primeros días. María vivía en el mismo barrio de Toledo que mis padres, y su caída fue en una escalera cuando se apagó la luz, al ir a buscar a un cura para el funeral de su hermana.


2 comentarios:

  1. paloma no puedo dejar de leerte enc uanto tengo un ratito me vuelvo a la blanca paloma para seguir tus desventuras,no me malinterpretes es que em encanta como enfocas todo en la vida como lo expresas y lo compartes con todos nosotros haciendolo mas humano y menos duro,mas humano y cercano,por desgracia yo conozco muy bien ese dichoso parking tanto como emferma a la que dejan alli y se desentienden de ti y como familiar que tiene alli a un ser querido primero mi hermano luego mi padre en un par de ocasiones esta no habia sitio y nos toco aguardar la habitacione n pleno pasillo en la plaza p5 junto a otro monton de enfermitos,me alegro de que los alngeles guardianes aun en foma humana te hicieran mas amena la espera yo siempre procuro hablar con quien tengo a mi lado y dar un poco de calma a la vez que yome calmo pero ese dia de marras en cuestion a mi se me venia el mundo abajo y no estaba ni para hablar ni para nada mi soledad la pase llorando como la madalena en una sala de esperas de urgencias abarrotada de gente que me miraban como siestuviese loca y confieso que muchas ¡veces estuve a punto de gritar: Y QUE MIRAIS QUE NO HABEIS VISTO NUNCA LLORAR A NADIE? pero con l as mismas me contenia ys eguia con mi llantina desconsolada mientras me iban llamando los medicos y cada uno me decia una cosa y pero que la anterior,yo te cuento una de las muchas incoherencias de ese dia de la candelaria en la que llore mas que ella sobre las 14:30 me mandan entrar mi padre esta muy agitado y ellas las enfermeras nocon capaces de controlarlo me tienen alli hasta las 3 en que un medico lelga y emdice que no me queire alli que peude ser contagioso y me sacan corriendo del box pero a la sala de espera ajajjajj todos ellos con protocolo de aislamiento y a mi que si hubiese sido contagioso lo podia haber pillado me sacan a una sala con mas de 80 personas,no podia por momentos llorar y por otros reirme de lo mal que ahcen muchas veces las cosas y lo poco que se paran a pensar en als consecuencias de sus actos por suerte no fue nada contagioso pero si lo lelga a ser la que lian es parda y mientras pro si te sirve de cosnuelo yo tambien a vueltas con mi SOLEDAD,un besazo guapetona.

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  2. Paloma!!! Cómo nos enganchan tus relatos, desde que sé que nos vas a regalar estas maravillosas entradas en el blogs dónde con esa facilidad y esa forma tan especial que teneis los Moratillas de hacer de algo sencillo y común, algo único y maravilloso, nos describes tus vivencias de este último episodio de tu vida. Gracias por compartir con nosostros tantas cosas bonitas, tantos sentimientos y vivencias que la mayoria de nosotros ha vivido o sentido en algún momento, pero que yo al menos sería incapaz de describir de forma tan real y tan bonita. Cada vez que entro en La Blanca Paloma se me viene a la mente un trocito de una canción de un anuncio publicitario que dice: "Todos queremos más, todos queremos más... " pues eso Paloma que queremos más. Muchos besitos y mil gracias.

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