Y el Festival Celestina se fue ...

Y el Festival Celestina se fue ...
Entre risas como siempre...

sábado, 11 de febrero de 2012

EL CHICO.....

María se marchó.
Llegó Petra, una abuela, que aun con su sano juicio no dejaba de quejarse. Se había roto la cadera.
Desde que la llevaron, no dejaba de decir CHICO... CHICO... CHICO...
Yo pensé al principio que llamaba al celador, o al camillero, ... poco después descubrí que el Chico, era su marido.
Petra no  hablaba ... solo se quejaba.
Su hija Olvido, la cuidaba noche y día.
Mis padres son mayores, no podrían cuidarme en el hospital aunque hubieran querido. Mi hermana tenía ocupación cuidándoles a ellos,  por lo que opte, por decirles que se marcharan de allí. Que no pasaba nada por que me quedara sola, a pesar que no podía levantarme bajo ningún concepto de la cama. Olvido era como mi siguiente ángel de la guarda.
¿Que circunda en la mente humana a determinadas edades, que se vuelven repetitivos en sus locuciones?
¿Será que piensan que nadie les hace caso, para repetir infinidad de veces la misma frase?
Olvido me contaba que su madre tenía perfectamente bien la cabeza, cosa que no ocurría con su padre, yo no conseguí en todo el tiempo hablar con ella.
 Olvido se ocupaba de su madre y también de su padre. Hija única, cuidaba de ambos. Su padre con un principio de alzheimer se escapaba y se perdía. Por eso, se llevaba a su padre al hospital con ella, así controlaba a los dos.
A Olvido si le gustaba hablar. Y sabía cuidar a los enfermos, me sentí cuidada por ella, cuando me colocaba mi pierna, o cuando colocaba la sabana sobre mis doloridos dedos del pie, o cuando quitaba la palanca de la cama de su madre para que yo no tropezase con las muletas.  Cuando regañaba a su madre para que dejase de gritar y así yo pudiese dormir, mientras Petra no dejaba de decir CHICOOOO, CHICOOOOO.
Es duro contar su historia, la historia de Olvido, la de Petra, y la del chico. En todo el tiempo nunca he sabido el nombre real del padre de Olvido, todos le llamaban Chico. Según me contó porque era el pequeño de todos los hermanos, estos y sus padres le llamaban Chico, y así le llamaban también su hija, su yerno y sus nietos. "El chico".
Una mañana. Llena de dolores en mi pierna. Con mis nervios a flor de piel. Desando y buscando el SILENCIO, tenía de fondo a Petra que hablaba gritando a su Chico.
- Chico .... mátame, mátame Chico¡¡¡
- Chico ... Llevame al cementerio Chico. Llevame al cementerio¡¡¡ (Estas dos frases eran repetidas una y otra vez, sin descanso)
El chico se enfadaba. Con toda la razón, ya que la cuidaba con todo su cariño al igual que hacía su hija.
En uno de esos arrebatos, el chico le dijo... ahora me voy....
Y se fue y no... Salió a la puerta de la habitación, sin alejarse demasiado, pero Petra pensó que se había ido...
En ese momento Petra cambió su letanía
- Chico... ven y besame, dame un beso chico... dame un beso.
El chico volvió, y la besó una y otra vez.
Fue dulce, verlos a los dos a sus 86 y 89 años creo que eran mas o menos.
Fue un momento de ternura... y noté que esa letanía de Petra no me molestaba.
Yo sentí en ese momento también la necesidad de que me besaran.
Eche de menos mis besos, los que a mi me dan...
Y me reconfortó verles a ellos dos, aunque Petra no hubiera parado su letanía....

Pero ese dulce momento duró poco....
Petra comenzó una nueva letanía....
- Chico, dame una paliza... dame una paliza chico para que se me quiten estos dolores... y llegado ese momento, no me quedó mas remedio que reír...
Luego me dí cuenta, de que la mente humana, es extraña. Reacciona ante las circunstancias exteriores.
El Chico no sonreía, el chico sabia de sus limitaciones... El chico estaba enfadado consigo mismo en esa fase inicial de esta terrible enfermedad en la que aún su frontera entre la realidad y la imaginación y el recuerdo se confunden. Dos días antes se había escapado de su casa, y había aparecido en el hospital, sin saber nadie como llego hasta allí.
Cuando Olvido se ausentaba de la habitación, yo que si tenía importantes limitaciones quedaba encargada de llamarla por teléfono si le perdía de vista.
No puedo decir que Petra fue mi compañera de habitación porque no conseguí hablar con ella en ningún momento, aunque por la noche se empeñaba en correr la cortina para verme dormir. Pero nunca me habló. El Chico tampoco. Pero en Olvido vi realmente un nuevo ÁNGEL DE LA GUARDA.
Gracias OLVIDO.

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