Y el Festival Celestina se fue ...

Y el Festival Celestina se fue ...
Entre risas como siempre...

domingo, 19 de diciembre de 2010

VALENCIA Y YO...


Hace tiempo descubrí, que el Himno de Valencia me impone y me emociona.
No soy Valenciana, aunque después de esta experiencia, siempre digo que algo de valenciana tengo...
En la vida hay cosas que no sabemos explicar. De repente sentimos en nuestro cuerpo escalofríos con cosas que aparentemente nada tienen que ver con nosotros. Empatizamos con situaciones y gentes, con los que pensamos que nunca seríamos capaces de empatizar.
Al principio sonaba a broma.
Mi tía Lola, que si era valenciana, y como buena valenciana a pesar de vivir durante al menos 60 años en Madrid, nunca renegó de su tierra y se seguía sientiendo valenciana (nunca se sintió madrileña), encontró rápidamente una explicación a esa emoción mía al oír el Himno de Valencia.
Ella siempre decía que fui engendrada en Valencia.
Mi madre lo negaba diciendo que ya estuve en embrión en Valencia.
Debieron ser cuestión de días...
Pero si puedo decir que probablemente se deba a que mis primeras sensaciones me las produjeron las FALLAS VALENCIANAS.
Mi madre siempre cuenta, que lo pasó "regular" con la cremá, y la despertá.
También cuenta que los frutos secos valencianos le encantaron y se "jartó" que diría un andaluz... por todo ello estoy convencida que mis primeras sensaciones, fueron sensaciones fuertes, y fueron en Valencia... mucho antes de venir a la vida.
Después y durante mucho tiempo, mi prima Celia me hacía rabiar, poniéndome el Himno de Valencia por teléfono para hacerme emocionar, porque aunque parezca broma, es un sentimiento automático en mi. Al oír los primeros acordes... sin saber por qué... ahí están mis lágrimas diciendo que ellas también existen...
Aún así no falta en mi casa cada 19 de marzo, el Himno fallero y el Himno de Valencia a eso de las 10 de la mañana, causando estupor por el volumen al que lo pongo. (Mi vecina siempre dice que entendería que lo hiciera con un chotis, pero que nunca ha entendido el por que tengo ese ritual ese dia y a esa hora con esa música. Yo tampoco lo puedo explicar)
Quien me conoce sabe que no soy mujer de lágrima fácil, y que nunca lloro en público.
Hay que llorar uno solo...
Es una de esas cosas que uno debe hacer consigo mismo...
Si lloras en público, quien te odia se alegra, y quien te quiere sufre... por tanto... HAY QUE LLORAR EN SOLEDAD...¡¡¡
Hoy el Himno de Valencia, y también (aunque en menor medida) el Fallero, hacen mella en mi...Por ser un sentimiento que ya tengo asumido de antaño, y porque ahora además lloro a mi tía Lola LA VALENCIANA, que estas navidades serán las primeras sin ella.
Podreis comprender que termine pronto esta entrada... estoy escuchando el Himno de Valencia mientras escribo...

3 comentarios:

  1. Querida Paloma.... he de decir que te entiendo perfectamente y comprendo tus palabras y sentimientos.
    Yo tampoco soy valenciano de nacimiento. Soy castellano, de esos que en el resto de España denominan como “secos”. Digo que no soy valenciano de nacimiento, pero puedo decir que sí que lo soy de adopción, pues llevo viviendo en Valencia casi 20 años. Tampoco fui concebido aquí, puesto que mis padres, la primera vez que visitaron esta ciudad fue cuando yo ya vivía en ella.
    Desde muy pequeño me atrajo esta zona de España, quizás por tener lo que mi tierra no tenía: el mar. Recuerdo, en mi infancia, los ruegos a mis padres para que el 19 de marzo se quedaran conmigo a ver la “cremà” de las fallas por la televisión (era a la una de la madrugada, y casi siempre, al dia siguiente era dia de escuela, como decía mi madre). Puedo decir que en el 99% de los casos lo conseguí.. Siempre me gustó el arte, y no entendía muy bien por qué aquellas obras maravillosas tenían que desaparecer entre las llamas. Con el tiempo he ido entendiendo la forma mediterránea de pensar y de vivir , tan diferente de la austeridad castellana.
    Por avatares de la vida (por cuestiones laborales, para entendernos) recalé en Valencia, un 20 de enero de 1992, y llegué en tren, (igual que en la canción del mismo título de “La oreja de Van Gogh”), para quedarme. Lo más inmediato que hice el primer domingo de mi estancia aquí fué ir al Museo de Bellas Artes a admirar una exposición de José de Ribera que terminaba por esos días. A partir de ahí he recorrido cada uno de sus monumentos en innumerables ocasiones, y nunca me canso de Valencia.
    Viví las olimpiadas del 92 con el ambiente de ser “subsede” olímpica, el colorido de las delegaciones iberoamericanas que vinieron durante tres años consecutivos a participar en el extinto “Festival de la OTI”, y el trágico atentado de ETA en El Corte Inglés de la calle Pintor Sorolla, el 16 de diciembre de 1995, que se cobró la vida de una vecina de Sagunto que simplemente vino a Valencia a hacer compras navideñas.
    Mi trabajo en el centro (el plena Plaza del Ayuntamiento) hacía que todos estos hechos los viviera en primera fila.
    He visto nacer y crecer la “Ciutat de les Arts i les Ciencies”, obra colosal de Santiago Calatrava, aún sin finalizar completamente, y con unos sobrecostes que nos ponen los pelos de punta
    (continúa en un segundo comentario)

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  2. ... Y he vivido, y vivo muy de cerca el mundo de las Fallas. Por fín, mis sueños de niño ante la televisión se hicieron realidad. Tuve ante mis ojos aquellas coloridas y enormen obras de arte, hechas de cartón y madera,, y conocí todos los entresijos que rodean su mundo. Tuve ante mis ojos aquellas llamas, devoradoras de todo lo malo ocurrido durante todo un año, y que a decir de la gente de aquí sirven para purificar, y renacer de nuevo. En mi retina tengo grabada a fuego –y nunca mejor dicho- la primera “cremà” en vivo, en la Plaza de l’Ajuntament, con la mítica falla dedicada a los eventos de 1992. Una enorme sevillana –réplica de 26 metros de la escultura de Benlliure “Bailaora”, que se conserva en el Museo de Bellas Artes- con un grupo de “curros”, ya sabes la mascota de la Expo de Sevilla, revoloteando alrededor de su cabeza, componían el cuerpo central de la falla –el remate-, y entre sus escenas, Cobi, Cristóbal Colón y la estatua de la Libertad en una hipotética boda que alguien tuvo la idea de celebrar entre ellos.
    Tengo la suerte de conocer a varios artistas falleros, con uno de ellos incluso, hago mis pinitos ayudando en su taller en mis ratos libres y en la “plantà” de las fallas, y tengo relación con mucha gente perteneciente al ambiente fallero, Tengo infinidad de fotografías de fallas, de “ninots”, y de detalles, a menudo desapercibidos, de lo que a la postre es la Valencia más turística e internacional...
    En cuanto al Himno regional.......... creo que tú lo has dicho todo. Para mucha gente es el más bello himno que se ha compuesto en toda España. Yo así lo creo. Es un Himno que se compuso para la Exposición regional celebrada en Valencia en 1909 (de la cual se conserva algún que otro maravilloso edificio). Sus autores: El maestro D. José Serrano ( músico nacido en Sueca (Valencia) ) y el periodista y escritor Maximilià Thous, nacido accidentalmente en Asturias, pero de ascendencia alicantina. Como anécdota, se cuenta que, probablemente, sus autores ya pensaban en que llegaría a ser el himno regional, pues en su letra ni siquiera se hace mención a la Exposición regional para la que fue compuesto...
    No hay acto en Valencia en el que no se termine cantando el Himno, como manda la tradición, y con las lágrimas de muchos de sus intérpretes resbalando por las mejillas, igual que te pasa a ti, Paloma.
    Yo puedo presumir de haberlo aprendido,en lengua valenciana, cuando aún no tenía ni nociones del idioma., ni entendía el significado de sus estrofas, y en cada ocasión que suena en mi presencia, como si fuera un acto reflejo, no puedo evitar cantarlo. Hay mucha gente que discrepa con su letra, por el hecho de la fomentar la sumisión del pueblo valenciano hacia España (en su primera estrofa dice: Para ofrendar nuevas glorias a España....). Yo nunca he entrado en esas cuestiones, así no tengo que discrepar con nadie. A mi me gusta y punto.
    Así pues, Paloma, para finalizar te diré que te entiendo, a ti, a tu tía Lola, y entiendo tu emoción al escuchar la melodía del maestro Serrano.
    El próximo 19 de marzo volverás a escuchar este himno, y volverás a recordar a tu tía Lola, -la valenciana- y volverás a emocionarte y a echar alguna que otra lagrimita. No te de apuro el soltarlas en público, pues en tu comentario se te olvida un tercer caso: Tu dices que si te ven llorar, quien te odia se alegra, y quien te quiere sufre... pero olvidas que si la persona que te ve llorar sabe que las lágrimas son de alegría, sin duda se alegrará contigo.
    En cuanto tenga un ratito haré algún montaje con fotografías de todas mis vivencias en tierra valenciana, con la música del himno regional de fondo, dedicado a ti, y sólo para ti.

    Mientras ese momento llega, recibe con estas palabras la brisa mediterránea y el olor a pólvora que te envía este castellano “seco” que un día decidió hacerse valenciano, sin dejar de ser de Valladolid, y que así puede presumir de tener doble “regionalidad”.
    Un gran beso.
    Jesús.-

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  3. Gracias Jesus...
    Gracias porque me siento comprendida.
    Gracias porque has aumentado mi cultura valenciana.
    Nunca he estado en Valencia en Fallas.
    El olor de la polvora me sienta fatal.
    Aquella vez relatada en la entrada, mi madre hizo de filtro a mis pulmones.
    Tengo una enorme curiosidad por verlas, pero nunca me he atrevido, salvo en televisión que al igual que tu nunca me he perdido.
    Sin embargo, tengo clara una cosa... Si voy a Valencia en Fallas, te buscaré y las veré junto a ti, tal vez así aprenda aún mas de Valencia.

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