La carta me llegó desde Colombia, con mucha dificultad, y a través de algunos de los usuarios que con frecuencia pasan por mi despacho. Esta era de la madre de uno de ellos, que se había convertido en abuela y aún no conocía a su nieta, pueblana de nacimiento y de madre.
Aún hoy no sé como terminó la historia, pero he de reconocer que el día que la leí sentí un escalofrío en todo mi cuerpo...
Paso a compartir con vosotros este testimonio, que por razones obvias no identificaré mas que con el nombre de una colombiana, madre de un residente en la Puebla de Montalbán y abuela de una pueblana.
"En junio de 2004, fui comisionada como misionera en Monterilla - Cauca, ubicado cerca de Mondomo - Cauca, y antes de Corinto - Cauca (Colombia)
En este sitio están ubicados todos los desplazados de Naya (Población que sufrió violencia por la guerrilla y los paramilitares los cuales a fuerza de muertes y armas decidieron huir a la población de Monterilla)
Estos indígenas una vez ubicados en Monterilla - Cauca, eran obligados por grupos subversivos (guerrilla) a la siembra y el cultivo de la coca. En Monterilla también por ser población montañosa se encontraban grupos armados los cuales eran camuflados en lo alto de las montañas.
Cuando llegué a la población para establecer contacto con ellos y poder predicarles del evangelio de Dios, vi mucha receptividad y aceptación por parte de ellos, era mucha la necesidad que había en ellos de poder contar con alguien tan especial como es Dios en esos momentos tan duros y amargos los cuales venían viviendo. La mayoría de ellos se congregaban también antes en el Naya.
A medida que hacíamos las reuniones ellos iban tomando otras aptitudes y formas de pensar, las cuales fueron notando la guerrilla y no les gustaba, pues ya los indígenas no se dedicaban a la siembra de la coca sino que ajaban a Mondomo a trabar en los cultivos fértiles.
En julio de 2004, en medio del culto del domingo, se aparecieron 7 u 8 uniformados y armados pero pasivamente estuvieron unos momentos y luego sin decir nada se fueron (solo estaban observando).
En el transcurrir de junio/julio de 2004 vinieron transcurriendo muchas matanzas por esta zona.
En septiembre , un domingo después de que salí del culto y me dirigía a mi casa, pararon la chiva en que me transportaba (chiva en Colombia es un bus con puertas en todos los extremos de los asientos), bajandome bruscamente a mi y a otras personas que venían conmigo. Apuntándome con un arma en mi cabeza, uno de ellos dijo: "Esta es la monita retrechera que nos está alborotando los de arriba", cuando me dijeron eso les dijeron a los demás pasajeros que se subieran y le dieron la orden al conductor de la chiva para que arrancara el vehículo. Mientras esto ocurría me llevaban del cabello y apuntándome así la arboleda que estaba en la carretera, pero a Dios gracias un guerrillero gritó desde el fondo que me dejaran ir, que para mi no había orden todavía, y que no me querían volver a ver por allí.
Me subí a la chiva y me fui, y decidí no volver por un tiempo; pero como siempre donde hemos tenido misiones hemos celebrado el día de los niños el 24 de diciembre, conseguí ropa y juguetes y me fui para allá ese, día, además me habían dicho que las cosas estaba un poco tranquilas, por eso también tuve la valentía de volver. Ese día gracias a Dios no paso nada, la pasamos felices y celebramos con gusto el niño Dios de los niños. Pero el 31 de diciembre me llamaron a la casa y me dijeron que mi terquedad me iba a costar caro y que si quería que muriera otro de mis indios dándome un plazo de 24 horas para desaparecer.
Yo esta situación la estaba manejando prácticamente sola porque mi mama es cardiaca y esto me la mataría, sin embargo me fui para donde mi hermana a pasar 31 allá, y a esperar que pasaran las cosas, pero fue inútil porque la amenaza caduco antes del medio día del 1 de enero de 2005 pues unos tipos armados llegaron a casa de mi madre estrujándola y casi golpeándola preguntado por mi, y le dijeron que me dijera que si me salve una vez, dos no.
Ya esto fue lo ultima para creer que yo y mi familia estábamos en peligro, por eso decidí huir antes de colocar a mi familia en peligro de muerte, porque a la guerrilla, no le importa nadie. Solo la Misericordia de Dios no permitió que mataran a mi madre. "
Esta carta me llegó porque ella había solicitado visado para viajar a España y conocer a su nieta, después de haberle sido concecida la Condición de Refugiada en un país Latinoamericano (que por motivos de seguridad no citaré).
Espero que esté en algún lugar a salvo.
Suerte y Felicidad COLOMBIANA.
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