Y el Festival Celestina se fue ...

Y el Festival Celestina se fue ...
Entre risas como siempre...

lunes, 7 de septiembre de 2009

LA PUEBLA DE MONTALBAN Y SALAMANCA

Cierto es querido amigo, que en la anterior entrada, relato las casualidades de la visita a Salamanca.
Me olvidé que tu estás allí lejos en Guadalajara, me olvidé que tu debías haber estado con nosotros en Salamanca, y me olvidé que miras mi blog para ver el sentir y la opinión grupal, sentimental, y visceral (en algunas ocasiones) de este grupo de amigos que de manera amateur se atreven a llevar a cabo el Festival Celestina.
Voy a intentar a través de estas lineas hacerte llegar algo de lo que allí se vivió el pasado día 5 de septiembre:
Tras madrugar terriblemente 7.30, a las 8.00 arrancó por fin el autobús. Era una gozada vernos con traje de calle, después de haber estado un montón de días viéndonos con trajes de época o trajes de faena para ensayar en las cuevas. Quiero decir, todos estaban muy guapos.
Dos autobuses Dos salieron de La Puebla. Cargados de risas y de ilusión. Ya sabes las bromas de Eustaquio, las recomendaciones de Berta, las conclusiones de Luis y de María Elena, y muchas, muchas ganas de llegar.
Tras un viaje larguísimo, sobre todo para los que toman pastillas de la tensión (o sea para la retención de líquidos), y para los que desgraciadamente tenemos dependencias al humo, a eso de las 11.00 llegamos a Salamanca.

Nuestra guía se llamaba Yolanda, y desde luego fue la protagonista del viaje.
Tenía la voz, como María Elena en la época álgida del Festival, (ya sabes rota), por tanto cierta mala leche cuando oía que hablábamos (ya ves, de risa intentaba mantenernos callados, imaginate los niños de Rufianes, de la Ventana, de Martinito...) y cuando nos llevó al Huerto de Calixto y Melibea, se empeñó en explicarnos quien era la Celestina (????) yo pensé que ella sabía quienes éramos, pero pareció que no. Simplemente nos explicó el recorrido como hace rutinariamente con todos los turistas.
Un poco intencionadamente hice el comentario de: "Nadie le ha dicho a esta mujer quienes somos?, porque tal y como tiene la voz se lo puede ahorrar", a lo que no faltaron sonrisas. Pero es desparpajo de Eustaquio fue mas lejos, y directamente le dijo: "Ten cuidado con lo que dices de la Celestina, que nosotros traemos dos". La guía por un momento se paró a pensar y alguien le explicó, que allí estábamos tanto Sole como yo, y a continuación mis niñas dijeron "Yo te conjuro señor de los sulfúreos fuegos que de los hirvientes montes mana..." En ese momento la guía empezó a ser consciente de quienes éramos.
Mirándome fijamente a los ojos me dijo: "Sabéis el conjuro de la Celestina?", obviamente las niñas empezaron a reír. Entonces su mente (la de la guía) hizo cortocircuito y dijo:
-Siempre he tenido la ilusión de representar el conjuro de la Celestina, en la cueva del Marqués de Villena. (Ya sabes por el Manuscrito de Piedra, lugar de aprendizaje de pócimas y conjuros, según la leyenda salmantina) ¿Os importaría hacerlo?
Bueno ya sabes, mis niñas y yo no pusimos ningún obstáculo al hecho, y así lo hicimos en medio de la calle, y bajo la atenta mirada de María Elena, los compañeros y cuantos pasaban por allí en ese momento.Posteriormente Sole hizo una invocación en la torre del mismo lugar.
Bueno la guía dijo que el año que viene sin falta vendría a vernos a las cuevas. Alucinó, se sorprendió y según sus palabras "se impresionó" con las Celestinas.
La visita fue muy corta y tras visitar Catedral, Universidad, Plaza Mayor y ya sabes todo lo que es de rigor visitar en Salamanca, comimos, tomamos café, paseamos por Salamanca, compramos y de vuelta a casa. Te puedes imaginar, que como es habitual, en el autobús la banda sonora fue las ventanas, contra las rufianas y de vez en cuando entraban las celestineas a poner paz (o a liarlas mas no sé), pero esa parte la conoces bien ¿no?.

2 comentarios:

  1. Infinitamente muy agradecido.
    Muchas gracias, Paloma, mi Blanca Paloma de La Puebla.

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  2. Hola soy Laura (la virgencita).
    Vaya, no había caído en tantas coincidencias, aunque sí caí en que la guía no nos hizo un paseo especial de La Celestina.
    Hola Gregorio, encantada de volver a hablar contigo, no se si me recordarás pero yo a ti sí, me dio mucha pena no poder despedirte porque aunque no lo sepas te tengo mucho aprecio. Espero que sigas siendo el mismo y estando en todo porque es lo que te caracteriza y te hace especial. ¡Besos desde La Puebla!

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