Incluso los melómanos podemos entender la tortura de escuchar a AC/DC, y grupos similares, así como las canciones de Barrio Sésamo, a una cantidad de decibelios notablemente mas altas de las que el oído puede y quiere tolerar.
La armonía de la música, y las ganas de escucharlo a una determinada intensidad, no deben ser utilizadas como método de tortura. Mejor no deben utilizarse torturas, que ya en la Declaración de Derechos Humanos, firmada en 1948 se prohíben. Pero es muy significativo, esta forma de tortura.
Dicen que Hitler obligaba a los pilotos de los bombardeos a llevar en la cabina del avión minutos antes de bombardear obras de opera a un volumen igualmente intolerable. Es como si las cosquillas llegasen a doler. Si nos reímos con ellas en cantidad razonable, imaginemos por un momento no poder mas de la risa y que alguien siguiese haciéndonos cosquillas, el dolor cada vez mas intenso en el estómago, en las mandíbulas, la falta de saliva, de aire para respirar, se deja de acompasar el latido del corazón y se hace insoportable, y frente a nosotros alguien a quien querríamos gritar y defendernos de el, mientras nuestra única respuesta es reír. Reír que es un regalo del cielo para la gente que nos quiere, y precisamente a este enemigo nuestro le tenemos que reír, mientras nos hace daño. Que paradoja ¿no?
Como se pueden tener tan pocos escrúpulos, para sacar a la gente de quicio. ¿Qué están buscando? ¿el suicidio? ¿el crimen colectivo? ¿la escapada?, ¡¡Como pueden llamarse “Pueblo Civilizado y desarrollado”. Pueden, porque además son “ricos” y “niños mimados”.
El ruido a sobre dosis de decibelios, las luces encendidas durante las 24 horas del día. Allí en Guantánamo, la vida deja de ser vida. Allí en Guantánamo, hay incluso niños de 15 años. Si lo que se busca allí en Guantánamo es una solución, creo que esta no es la mejor manera de conseguirla.
No debemos olvidar, que la única causa para la privación de libertad, es precisamente “La Reinserción”, la cárcel no es castigo, y así nos lo explican en los manuales de Derecho Penal, así queda claro en nuestros códigos (los de los países civilizados) y por supuesto queda grabado con letras de oro en LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Admiro por el contrario cada vez mas a ese Juez de Granada que dicta sentencias ejemplares. Estoy segura, que este si consigue lo que persigue el espíritu de la ley con las sentencias: “LA REINSERCIÓN DEL DELINCUENTE”, casualmente en estos días parece que la sentencia para un joven que ponía a un volumen exagerado una música parecida a la de Guantánamo, ha sido la de escuchar durante un tiempo determinado al dia, y durante un número de días preestablecido música clásica. ¿Qué tal si sonase a un volumen razonable, en Guantánamo el Himno de la Alegría, o la Sinfonía del Nuevo Mundo, o la Sinfonía de los Juguetes, o el Bello Danubio Azul?
Creo que seguramente Guantánamo sería DIFERENTE.
Paloma
La armonía de la música, y las ganas de escucharlo a una determinada intensidad, no deben ser utilizadas como método de tortura. Mejor no deben utilizarse torturas, que ya en la Declaración de Derechos Humanos, firmada en 1948 se prohíben. Pero es muy significativo, esta forma de tortura.
Dicen que Hitler obligaba a los pilotos de los bombardeos a llevar en la cabina del avión minutos antes de bombardear obras de opera a un volumen igualmente intolerable. Es como si las cosquillas llegasen a doler. Si nos reímos con ellas en cantidad razonable, imaginemos por un momento no poder mas de la risa y que alguien siguiese haciéndonos cosquillas, el dolor cada vez mas intenso en el estómago, en las mandíbulas, la falta de saliva, de aire para respirar, se deja de acompasar el latido del corazón y se hace insoportable, y frente a nosotros alguien a quien querríamos gritar y defendernos de el, mientras nuestra única respuesta es reír. Reír que es un regalo del cielo para la gente que nos quiere, y precisamente a este enemigo nuestro le tenemos que reír, mientras nos hace daño. Que paradoja ¿no?
Como se pueden tener tan pocos escrúpulos, para sacar a la gente de quicio. ¿Qué están buscando? ¿el suicidio? ¿el crimen colectivo? ¿la escapada?, ¡¡Como pueden llamarse “Pueblo Civilizado y desarrollado”. Pueden, porque además son “ricos” y “niños mimados”.
El ruido a sobre dosis de decibelios, las luces encendidas durante las 24 horas del día. Allí en Guantánamo, la vida deja de ser vida. Allí en Guantánamo, hay incluso niños de 15 años. Si lo que se busca allí en Guantánamo es una solución, creo que esta no es la mejor manera de conseguirla.
No debemos olvidar, que la única causa para la privación de libertad, es precisamente “La Reinserción”, la cárcel no es castigo, y así nos lo explican en los manuales de Derecho Penal, así queda claro en nuestros códigos (los de los países civilizados) y por supuesto queda grabado con letras de oro en LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Admiro por el contrario cada vez mas a ese Juez de Granada que dicta sentencias ejemplares. Estoy segura, que este si consigue lo que persigue el espíritu de la ley con las sentencias: “LA REINSERCIÓN DEL DELINCUENTE”, casualmente en estos días parece que la sentencia para un joven que ponía a un volumen exagerado una música parecida a la de Guantánamo, ha sido la de escuchar durante un tiempo determinado al dia, y durante un número de días preestablecido música clásica. ¿Qué tal si sonase a un volumen razonable, en Guantánamo el Himno de la Alegría, o la Sinfonía del Nuevo Mundo, o la Sinfonía de los Juguetes, o el Bello Danubio Azul?
Creo que seguramente Guantánamo sería DIFERENTE.
Paloma
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