El nunca me pidió que escribiera le nada ...

Nunca me dijo que quería una poesía...

Nunca me pidió nada ... mas que mi propia compañía.

Sin embargo, el lo tiene todo... porque esta a mi lado siempre. Soporta mis lágrimas, mis paranoias, mis cabreos, mis enfados y mis soledades...

El mejor que nadie conoce mis miedos, mis esperanzas, y mis deseos...

Nunca tuve que quedar con el para contarle mis penas, porque siempre esta a mi lado.

Nunca hizo falta quedar para celebrar nada, porque lo celebramos cada día, a cada minuto...

También soy yo quien mejor conoce sus penas. Sus miedos y sus ilusiones. Se que se siente querido ... como yo me siento querida. Hay poco que decir, porque es mi prolongación, "mi otro yo" como me gusta llamarle.

Somos vidas paralelas, que por avatares del destino nos encontramos un día, que siempre recordamos, fumando un cigarro, bajo una pequeña lluvia, mientras ideábamos una ilusión.

El conoce la historia de mi vida, pero no ha reparado que ayer de nuevo fue protagonista de ella.

Ya conté en mi entrada a mi AMIGO PEDRO, que nunca tuve patines. Mi padre velando por mis huesos, y conociendo mi testarudez nunca quiso comprarme unos. Y conté también que fue con mi ya desaparecido amigo Pedro, con quien patinaba en la calle Torrearias, cuesta abajo de no se cuantos grados, cuando Pedro con un patín, yo con el otro, las piernas sin patín levantadas, y agarrados de las manos, nos dejábamos descender a toda velocidad... hoy impensable la realización por el tráfico reinante en la zona.

Fue así como yo patiné un día...

El por supuesto conoce la historia....
No se ha dado cuenta, que su cabezonería, y el comprender yo su inquietud, de estar presente el pasado sábado, en una cena en la que iba a ser premiado hacia necesario que allí estuviese yo. Su apoyo moral. Su cómplice. Su confidente, secretaria, abogada, cocinera, enfermera y no se cuantas cosas mas...las mismas que el para mi...
Allí estuve, y tengo que reconocer que fui feliz...
Su premio era mi premio, su alegría mi alegría, y felicidad mi felicidad.
Carlos, no te diste cuenta....
Aquella noche... después de bailar, reír, cantar, y disfrutar con todos nuestros amigos, porque los mios son los tuyos y los tuyos los mios también... Aquella noche ... insisto... yo volví con unos patines en la mano.
Y hoy te digo... Carlos... ¿Como no te voy a querer?

Hoy me decías "no te quiero perder", y eso nunca ocurrirá AMIGO DEL ALMA... porque lo que hemos vivido tu y yo, las vivencias que hemos compartido tu y yo, hacen que ya tu formes parte de mi vida... al igual que yo de la tuya...

Esos Buenos Días por la mañana, y esas Buenas noches antes de irnos a dormir. Ese "ya he llegado estoy bien", ese "¿Donde te pillo?, en todas esas largas conversaciones diarias hacen que realmente te hayas convertido en parte de mi vida.

Solo me queda por decirte una vez mas .... ¡¡¡TE QUIERO¡¡¡