Llevo días, sin tiempo de sentarme a escuchar mis sentimientos.
Días de nervios, de trabajo, de ensayos, de calor, de cueva, de tiempo, de reloj....
Días en los que una, a pesar del estres, se siente completamente viva.
Poco a poco, voy haciendo mios los movimientos, los pensamientos y las acciones de LA CELESTINA.
Cuando llegan estas fechas, me acuerdo de mi primera incursión en el mundo del teatro, con el grupo ALGARABÍA. Unas cinco sesiones, de las que me quedó una frase, que rodea al mundo del teatro: "Hay que diferenciar dentro de nuestro cuerpo, a nuestro cuerpo como instrumento, como chasis, como estructura , de nuestro cuerpo como receptor de sensaciones..."
Hoy, cuando cumplo cinco años de participación en el Festival Celestina, estoy convencida de que además el cuerpo es "emisor de sensaciones". Y lo digo con pleno conocimiento, aprovechando la ocasión para agradecer a mi muy querida directora MARÍA ELENA DIARDES, el haber aprendido a jugar con ello.
Yo quería ser bruja ...
Pero María Elena, me vio como a una noble judía... Leonor Méndez. Una judía noble traicionada por su criada y a quien prende la Inquisición. Pasé por el orgullo machacado, de ser la dueña de medio pueblo, y prendida y ridiculizada por la Inquisición. Y el teatro, como si de una droga se tratara, comenzó a entrar por mis venas. Con nervios, con calor... pero mereció la pena¡¡¡
Al año siguiente, María Elena me vio como una mujer, anónima esta vez, olvidada, loca, desquiciada, abandonada, confundida que había perdido a su hija Mencía ¿o no? o estaba viva?. Llegué a meterme en su piel, a respirar su aire, a hacerla mía, a sentir la impotencia de una sociedad injusta...
La sorpresa llegó el tercer año... María Elena me vio como Celestina.
Tal era la admiración por las actrices a las que yo vi interpretar esta obra, que me sentí cobarde, sin fuerzas, pero María Elena creyó en mí.
Día a día veía como Celestina, se iba metiendo en mi piel, mi admiración inicial, se fue convirtiendo en complicidad, entendimiento.
Hoy me siento CELESTINA. Me gusta sentirme así durante estos días, de prisa, de cansancio, de calor, de nervios...
Me gusta ser la Celestina de la intimidad, de la oscuridad, de la cueva...
Hasta hoy, he conseguido meterme en estos tres personajes, bien distintos unos de otros, y he conseguido entender mas a la gente...
A la Celestina, "nunca han de faltarle detractores", pero me siento bien..., y por ello, y por el agradecimiento que te debo... GRACIAS MARÍA ELENA, me encantaría tener un conjuro real, o un filtro de amor, y desearte, que pases esta 11 Edición de nuestro Festival Celestina, con el espíritu de una reina, y con la alegría de una mariposa, y con el color de las flores, como directora de teatro ... no tienes parangón.
Hola, soy Laura "la virgencita".
ResponderEliminarLa verdad es que yo también tengo mucho que agradecerle a Maria Elena, ella ha sido quien me terminó de meter el gusanillo del teatro, quien me empezó a enseñar el mundo de la interpretación. Yo también he recorrido varios papeles: comencé como niña cantora con Fernando Rojas y en los comienzos de La Recua, al ver Maria Elena más tarde que crecíamos, pasamos a ser (el grupo de amigas) las verduleras que se peleaban por un chico en la plaza, después entramos en la cueva de la que yo aún no me he podido escapar (pese haberse representado en tres cuevas distintas) y, junto con la cueva, he ido realizando otros papelillos como son los de apestada, ángel de la muerte, pueblo, Lucrecia y una de las criadas de Leonor Méndez.
Por todo esto y por lo que queda... MUCHAS GRACIAS MARIA ELENA. Y no olvides que, aunque no te lo digamos siempre (porque el ser humano es así, sólo dice lo malo) te tenemos en gran APRECIO y VALORACIÓN.
Maria Elena sigue enseñándonos los rincones del mundo del teatro y nosotros te ofreceremos nuestro apoyo, nuestra sonrisa y nuestros ánimos a cambio.
Por Favor.
ResponderEliminarSoy un "viejo amigo" de Marilena Diardes, le perdí la pista... Me puedes mandar su email a ??
Muchas gracias
Beltrán