EL TIEMPO COLOCA A CADA UNO EN SU LUGAR.

Así...con la ternura y la delicadeza que comienza esta danza del Fuego, comienzo a escribir en esta mañana preciosa, de sol radiante que tengo hoy para disfrutar...
Cuando oigo esta canción no puedo evitar pensar en la vida misma..
Entre golpes secos a esa guitarra, y la dulzura de la flauta... pasan los días.
Como picos de una sierra...
como montes de una cordillera...
Se acelera la canción porque tenemos prisa por vivir..
Tenemos prisa por salir de las situaciones angustiosas, y mientras perdemos minutos, horas, días... que pasan esperando una solución.
Las soluciones vienen solas porque el destino está escrito... y sin querer vamos perdiendo segundos de nuestra existencia, pensando en cosas sin importancia, porque lo realmente importante es lo que pasa en cada momento.
La vida está hecha para vivirla...
Solo tenemos una...
y nadie la vivirá por nosotros, aunque mucha gente tratara de condicionarnosla.
Hay que dejar a nuestro tiempo hacer su trabajo, enseñarnos de lo bueno y de lo malo. Enseñarnos del amor y del desamor. Aprender con cada día que pasa, sin prisa... pero sin pausa.
Siempre en momentos como el de ahora, no se cual es la razón tiendo a escuchar esta música.
Tal vez porque una música tranquila me hunde en mi sillón y necesito un poco mas de actividad.
Tal vez porque la guitarra siempre ha estado unida a mi vida.
Tal vez porque aunque Manuel de Falla escribió esta composición para piano, encontró sorprendentemente su versión mas fiel, mas sencilla, y mas próxima a su significado con la guitarra de Paco de Lucía, y brilló con un esplendor que antes nunca lo había hecho.
Tal vez el destino estaba escrito para la guitarra desde el principio y Manuel que no tocaba la guitarra y si el piano así la compuso.
Lo bueno del destino... es que el tiempo da y quita razones ... el tiempo coloca a cada uno en su sitio, y siempre, a pesar de pertenecer al piano... la danza del fuego será de la guitarra, cambiando así los destinos que parecían tan claros.