Y el Festival Celestina se fue ...

Y el Festival Celestina se fue ...
Entre risas como siempre...

jueves, 28 de enero de 2010

LAS HERENCIAS ...

¿Quien no conoce a alguien, que a la hora de repartir los bienes de sus padres salieron a mal?
¡Cuanta novela, película, serie o culebrón se han basado precisamente en el reparto de una herencia¡
¡Cuantas discusiones tras el acuerdo notarial¡
Ese documento, que dos personas de común acuerdo, elaboraron en favor de sus deudos. La mayor parte de las veces, tratando de ser justos, otras incluso ... por fastidiar.
Y esa recepción de bienes, la mayor parte con tristeza y nostalgia, y algunas de ellas incluso ... para celebrar.

Personalmente, nunca he pensado en la mía como receptora (y no lo quiero pensar). En la mía como otorgante... no habrá discusión.
Claro, esta, todo ello basado en lo material.
La ultima poesía de mi abuelo hablaba de la herencia que nos dejaba a una familia de mas de cien miembros. La herencia era grande: el cariño y el amor familiar.
Una de las primera poesías de mi padre, venía a decir lo mismo: " ... solo quiero que os llevéis bien..."

Sin embargo, pocos son los que se percatan, que hay otra herencia, que no se acepta y tampoco se deja voluntariamente, porque así es la vida, viene impuesta por el destino: La genética.
En estos últimos días, he descubierto la mía. Procede de mi padre, que a su vez la heredó de mi abuela y esta a su vez la heredó de su padre (es decir: mi bisabuelo)
La impronta del descubrimiento fue pensar ...¡vaya lastre¡..., pero una vez razonada, estoy muy agradecida. Mi genética, ya nos ha enseñado (en experiencias de mis ancestros) que uno nunca sabe... y que como bien dice JM Serrat
"...hoy puede ser un gran día
planteatelo así,
si lo empleas como el ultimo
que te toca vivir..."
Por esta razón, de buena fe, y con alegría acepto mi herencia.
Me enseña a vivir.
Tengo un ingrediente nuevo en mi vida, una circunstancia, que en realidad es una ventaja. El haberlo sabido antes, y el contar con otras experiencias hará que se alargue mi vida.
Voy por tanto a "adir" mi herencia, porque dentro de mi "caudal relicto genético", no solo hay enfermedades, sino que en el mismo paquete se incluye: El amor a la familia, la alegría, la música y la poesía, ingredientes sin los cuales no tendría sentido mi vida.

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