Y el Festival Celestina se fue ...

Y el Festival Celestina se fue ...
Entre risas como siempre...

domingo, 26 de febrero de 2012

LA SILLA DE RUEDAS

 Con ellos aprendí mucho...
Se pueden intentar comprender las situaciones. Se puede tratar de buscar la empatía con la gente, y tratar de aproximarte a ellos, pero en este caso, es casi imposible.
Solo quien ha estado sentado en una silla de ruedas sabe lo que se siente. 
La gente piensa que lo malo de la silla de ruedas es el no poderte mover. 
No es cierto. Con sillas de ruedas y práctica, como la de Pedro o la de Iván, uno se puede mover al fin del mundo. No se necesitan las piernas para viajar, eso si ... se necesita una SILLA DE RUEDAS. 
Ahora tras muchas reivindicaciones, pensamos en las barreras arquitectónicas. Que las hay, y grandes. Porque a veces la gente quiere ser buena y colocar una rampa, que en muchas de las ocasiones es inútil. 
Yo ahora me muevo en silla de ruedas. Ciudades accesibles... y aparentemente para los que vamos a pié vemos que hay rampas, ascensores, y todo tipo de instrumentales para facilitar la vida a quien camina sobre silla de ruedas o simplemente empuja el carrito de un bebe. 
En muchos de los casos inútiles como bien digo. El pasado viernes paseaba por un "barrio accesible", o al menos desde mi perspectiva así lo era. 
Fui al supermercado, sabía que la acera estaba rebajada en la puerta para acceder con mi silla de ruedas, pero la rampa era tan pronunciada, que necesite ayuda de "mi otro yo", para poder subir a ella. 
Entre en el portal de casa, cansada de ver una rampa en el único escalón que hay antes de llegar al ascensor. Inútil de nuevo. La rampa esta pensada para los carritos de la compra pero no para la silla de ruedas, ya que quedaba una rueda fuera de ella. De nuevo necesite la ayuda de mi "otro yo" para superar el escalón. 
A la tercera la vencida. Llamé al ascensor, bajó, entre en el ... pero ay sorpresa la silla no dejaba cerrar la puerta del ascensor. Tuve que agarrar las muletas, mi "otro yo" plegar la silla y así pudimos entrar en el ascensor. 
Siempre pensé que me movía por lugares accesibles, ahora he comprobado que no . 
Pero todo ello es superable. Con fuerza de voluntad, y el amor de los que nos rodean, todo es superable. 
Desde luego de no haber sido por mi "otro yo" hubiera tenido tres serias barreras arquitectónicas que superar. Pero fueron superadas. 
Hay una barrera mas importante que todas estas. 
El otro día comentaba con Iván. Una de las barreras mas grandes que hay que superar, es el sentirte diferente. El que te traten de manera diferente. Y el ver la vida continuamente desde abajo. 
Ellos lo saben bien....
Ahora durante una temporada mi vida ha cambiado. Tengo que moverme en silla de ruedas o con muletas. Les he observado y por eso nunca me olvido de colocar el freno a mi silla. Les he observado y se como torcer y colocarme para entrar por lugares estrechos... les he observado mucho y he aprendido mucho de ellos, y con sus consejos, la altura de las muletas marcada por Pedro. Que hacer si veo que la silla se tambalea según me decía Iván. 
Pero lo mejor que he aprendido de ellos es a saber vivir con mi limitación de las piernas. A disfrutar y a reír desde la silla de ruedas, porque ellos mejor que nadie saben como disfrutar la vida. Ellos saben vivir mejor que nadie, aunque con mucho mas esfuerzo. 
No hay limites para una silla de ruedas, porque como dice Pedro, "la silla de ruedas se lleva en el culo, no en la cabeza".
Les veo disfrutar de la vida, con su dolor, con su limitación, pero han aprendido a vivir. 
Y una de las cosas que mas me gusta, es ir a casa de mi amigo Pedro y pillarle haciendo bicicleta estática (sin ninguna de sus dos piernas), con los brazos, dejándose el alma en los entrenamientos, porque Pedro es un auténtico ciclista, de ciclismo adaptado. Es campeón internacional de futbolín adaptado. Iván lo es de ping pong y lo fue de esgrima. 
Deportistas natos sin piernas. 
Pero como decía me encanta ver a mi amigo Pedro, junto a su mujer Vane (como el la llama), sus perros, su gato y sus peces. Su casa ... esa si adaptada, y ver el amor que se tienen. 
Miro a Pedro, grande en todos los sentidos, de cuerpo y de corazón, inteligente, decidido y valiente. Y miro a Vane, pequeña, frágil y llena de amor. 
Gracias por enseñarnos a vivir.... gracias por ser como sois.... Gracias Pedro, Iván y para ti Vane que eres todo corazón.... GRACIAS¡¡¡

sábado, 18 de febrero de 2012

PARA BLANCA.....


Durante todo el tiempo que duró mi cautiverio... tuve el mejor de los ángeles de la guarda.
MI HERMANA.
Sabemos que entre las dos, configuramos un nombre que da mucha PAZ.
Sabemos que entre las dos, configuramos la alegría de Andalucía (su patrona), el nombre de nuestra casa (la de nuestros padres), y por supuesto ... entre las dos ... damos nombre a este blog LA BLANCA PALOMA.
Así lo quisieron nuestros padres un día.
Ella siempre me dice... tu eres el SUSTANTIVO, yo solo el ADJETIVO.
¡¡¡Pero que importante es ese adjetivo¡¡¡
No es lo mismo PALOMA, que PALOMA TORCAZ, o que PALOMA NEGRA... no, no es lo mismo... es ella quien da la luz a la Paloma porque la transforma en BLANCA, Todo un símbolo:
BLANCA PALOMA.
Hermana, aunque el mio sea el sustantivo y el tuyo el adjetivo, es tan importante el adjetivo que en todos esos sitios de donde es símbolo, va colocado delante del sustantivo. Si digo Paloma Blanca ya no es la patrona de Andalucía, ya no es la casa de nuestros padres, y por supuesto tampoco es el nombre de este blog.
Toda la gente que me quiere habla de la BLANCA PALOMA.  Nuestros nombres unidos por siempre y por supuesto el tuyo delante.
Nuestra diferencia de edad, nunca permitió que jugáramos a las muñecas juntas...
Ni siquiera que competiéramos amigos de pequeñas, que luego ya cambio cuando yo cumplí los 14 años y nos fuimos igualando en tamaño.
Pero compartimos lo mejor de nuestras vidas, NUESTROS PADRES Y NUESTROS SOBRINOS, aunque yo solo te haya dado uno... los niños... nuestros niños, que también siempre decimos... para no saber hacer niñas... ay que ver que bien nos salen los niños.
Ultimamente me reprochabas el pasar poco tiempo juntas. El hablar poco...Pero siempre estamos unidas por sentimientos fuertes... los de la ALEGRÍA y los del DOLOR.
En los dolores profundos de nuestras vidas... siempre hemos estado juntas. Aunque nos mantuviesemos distantes, aún sin vernos. Si sufro .. se que sufres conmigo. Si sufres... aunque no lo veas ... también sufro yo.
A veces .. la vida nos empuja a tomar caminos distintos y distantes. Pero tu sangre y la mía es la misma hermana. Tu infancia y la mía han transcurrido en el mismo nido. Nos han dado los mismos sentimientos, y las mismas prioridades, y nos han enseñado a vivir los mismos profesores.
Cada mañana, al amanecer, allí estaba ella. Moviendo con cuidado, cariño y esmero mi pierna.  La que entonces era incapaz de mover por mi misma.
Cada mañana desde primera hora, allí sentada a mi lado soportando conmigo los eternos dolores de una pierna rota e inmóvil, cuando la autosuficiencia se ha marchado... cuando quedé postrada en esa cama de hospital.
Pero no solo eso, Blanca. También me diste la tranquilidad de saber que los padres seguían muy bien cuidados. Que estabas pendiente de sus tensiones, y sus pulsaciones vitales. Encargándote además de calmar la ansiedad que les producía a los dos, el no poder estar conmigo en el hospital.
Controlaste a toda la familia, durante esos días, dándonos a cada uno de nosotros el tiempo que necesitabamos. Has sido el puntal de esa semana dura de hospital. El apoyo emocional. Y la tranquilidad de que el mundo no se paraba.
Tus caricias, tus cuidados, tu presencia BLANCA..... que importantes han sido estos días.
Sabíamos que durante un tiempo habría que romper rutinas, y tendríamos que adaptarnos al imperativo de la vida... pero tu has sabido dirigirlo bien.
Hoy, ya con capacidad de pensar. Con la cabeza obligada a reducir mis revoluciones vitales. Tu recuerdo, tu presencia y tu cariño me siguen arropando.
Saber que estas. Saber que existes. Saber que te tengo.. ¡¡¡que importante es hermana¡¡¡
Podría alargar esta entrada, hablando de cuando éramos pequeñas. Podría contar tantas y tantas historias de tanto tiempo compartido...
Recordaré tan solo una... Una vez me dijiste si haces (no recuerdo que cosa) te doy un caramelo. Yo la hice porque quería ese caramelo. Pero tu no me lo diste. Yo llorando me chivé a papa "papa que no me da el caramelo que me ha dicho que me iba a dar¡¡¡¡¡", y papa contesto... NO TE ESTA MAL EMPLEADO, PARA QUE NO TE FÍES NI DE TU HERMANA ESTO TE ENSEÑARA EN LA VIDA . Nunca lo olvidare y fue una buena lección, tomada en su justa medida, entre los dos me enseñásteis que no es oro todo lo que reluce, que como me has dicho mas de una vez "... que todavía te gusta peter pan¡¡¡", pero aprendi a disfrutar de Peter Pan solo junto a la gente que me quiere, eso lo aprendí ese día, con el resto del mundo... no hago alardes de Peter Pan.
Pero de lo que no me cabe ninguna duda, es de que SIEMPRE..... SIEMPRE ME HAS QUERIDO y siempre .... siempre me has CUIDADO.
TE QUIERO BLANCA¡¡¡¡¡





domingo, 12 de febrero de 2012

LA HORA DE LA VERDAD




Y llegó la hora de la verdad...
Cinco días después de la caída, no antes por la inflamación del tobillo producida por la rotura de los ligamentos, llegó la hora de buscar una solución a semejante desastre organizado en mi pie.
Miedo. Nervios. El quirófano.....
Llegó el momento.
Tuve esa imagen que tanto sale en las películas de médicos... las luces del pasillo del hospital camino del quirófano. Ascensor.
Llegada a quirófano. Siempre hace frío en los quirófanos... me explicaron para mantener mejor las constantes vitales.
Salió a mi encuentro un joven... amable, simpático, que me explicó lo que iban a hacer conmigo con mucha dulzura... hablamos de lo cerrada e introvertida que era la gente en Toledo y que los que no eramos de Toledo enseguida lo notábamos cuando hablabamos con gente de fuera. Le afirme directamente NO ERES DE TOLEDO VERDAD?, me dijo NO SOY DE CIUDAD REAL, y ya veo que tu tampoco eres de Toledo. Fue un primer gesto de complicidad entre ambos.
Me habló de los avances tecnológicos en medicina, por los que me sentí interesada, dada mi ultima etapa de la vida. ONDA DISCAPACIDAD, poco después me dijo que era anestesista en el Hospital Nacional de Parapléjicos, eso ya además de cómplices, nos hacía compañeros. Le comenté mi paso por RADIO RUEDA la emisora del Hospital Nacional de Parapléjicos. Y me dijo que la nueva forma de anestesiar tenía mucho que ver con mi tolerancia (nerviosa) a estar despierta durante la operación. Le dije mirando la vía de mi brazo, "si tu me ayudas ... yo podré", y el contestó " Por supuesto que te ayudaré".
Así se inició mi operación, con un nuevo método de anestesia, en pocos segundos noté que alguien agarraba mi pie y comenzaba a trabajar con el.
Pero "mi" anestesista, fue mi siguiente Ángel de la Guarda. Iba contándome paso a paso lo que iban haciendo con mi pié mientras me enseñaba a través de rayos X mis huesos rotos primero y luego uno a uno como iban acoplando mis clavos.
A cada minuto el... JAIME NIEVA, mi anestesista,  venía a preguntarme ¿bien?, sientes dolor? pero era imposible sentir dolor... no sentía mi pierna.
Salí de la operación como si no hubiera pasado nada, completamente despierta, y sin gota de dolor. Todo el mundo se extrañaba de mi cara y mi comportamiento de salida del quirófano. Todo fue bien las 12 horas siguientes a la operación, hasta que se fue despertando mi pierna. Momento de mayor dolor de todo el episodio.
Cuando me subieron de nuevo a la habitación, mi enfermera favorita, Paqui, vino corriendo a preguntar si necesitaba algo.
Se aseguró de que pasara una buena noche, y que los dolores fueran los mínimos.
Paquí, guapa, joven, y con mucho cuidado por su aspecto exterior, llegó a hacerse amiga. Y era así porque tenía el mismo defecto que yo. Cuando entraba por la puerta se sabía que estaba allí por su perfume. El mismo que el mio casualmente, y eso fue lo que nos hizo ser amigas desde el principio. Ella me cuidó las horas posteriores a la operación, administrando calmantes, para evitar mis dolores, sin demora ninguna.
Ellos dos Jaime y Paquí fueron dos auténticos Angeles de la Guarda.
GRACIAS A AMBOS.
Por cierto con Jaime quedé para realizar una entrevista para la radio y que contara técnicamente en que consistía esa nueva forma de anestesiar. O sea que nuestros oyentes un día de estos escucharán en directo su voz por las ondas.


sábado, 11 de febrero de 2012

EL CHICO.....

María se marchó.
Llegó Petra, una abuela, que aun con su sano juicio no dejaba de quejarse. Se había roto la cadera.
Desde que la llevaron, no dejaba de decir CHICO... CHICO... CHICO...
Yo pensé al principio que llamaba al celador, o al camillero, ... poco después descubrí que el Chico, era su marido.
Petra no  hablaba ... solo se quejaba.
Su hija Olvido, la cuidaba noche y día.
Mis padres son mayores, no podrían cuidarme en el hospital aunque hubieran querido. Mi hermana tenía ocupación cuidándoles a ellos,  por lo que opte, por decirles que se marcharan de allí. Que no pasaba nada por que me quedara sola, a pesar que no podía levantarme bajo ningún concepto de la cama. Olvido era como mi siguiente ángel de la guarda.
¿Que circunda en la mente humana a determinadas edades, que se vuelven repetitivos en sus locuciones?
¿Será que piensan que nadie les hace caso, para repetir infinidad de veces la misma frase?
Olvido me contaba que su madre tenía perfectamente bien la cabeza, cosa que no ocurría con su padre, yo no conseguí en todo el tiempo hablar con ella.
 Olvido se ocupaba de su madre y también de su padre. Hija única, cuidaba de ambos. Su padre con un principio de alzheimer se escapaba y se perdía. Por eso, se llevaba a su padre al hospital con ella, así controlaba a los dos.
A Olvido si le gustaba hablar. Y sabía cuidar a los enfermos, me sentí cuidada por ella, cuando me colocaba mi pierna, o cuando colocaba la sabana sobre mis doloridos dedos del pie, o cuando quitaba la palanca de la cama de su madre para que yo no tropezase con las muletas.  Cuando regañaba a su madre para que dejase de gritar y así yo pudiese dormir, mientras Petra no dejaba de decir CHICOOOO, CHICOOOOO.
Es duro contar su historia, la historia de Olvido, la de Petra, y la del chico. En todo el tiempo nunca he sabido el nombre real del padre de Olvido, todos le llamaban Chico. Según me contó porque era el pequeño de todos los hermanos, estos y sus padres le llamaban Chico, y así le llamaban también su hija, su yerno y sus nietos. "El chico".
Una mañana. Llena de dolores en mi pierna. Con mis nervios a flor de piel. Desando y buscando el SILENCIO, tenía de fondo a Petra que hablaba gritando a su Chico.
- Chico .... mátame, mátame Chico¡¡¡
- Chico ... Llevame al cementerio Chico. Llevame al cementerio¡¡¡ (Estas dos frases eran repetidas una y otra vez, sin descanso)
El chico se enfadaba. Con toda la razón, ya que la cuidaba con todo su cariño al igual que hacía su hija.
En uno de esos arrebatos, el chico le dijo... ahora me voy....
Y se fue y no... Salió a la puerta de la habitación, sin alejarse demasiado, pero Petra pensó que se había ido...
En ese momento Petra cambió su letanía
- Chico... ven y besame, dame un beso chico... dame un beso.
El chico volvió, y la besó una y otra vez.
Fue dulce, verlos a los dos a sus 86 y 89 años creo que eran mas o menos.
Fue un momento de ternura... y noté que esa letanía de Petra no me molestaba.
Yo sentí en ese momento también la necesidad de que me besaran.
Eche de menos mis besos, los que a mi me dan...
Y me reconfortó verles a ellos dos, aunque Petra no hubiera parado su letanía....

Pero ese dulce momento duró poco....
Petra comenzó una nueva letanía....
- Chico, dame una paliza... dame una paliza chico para que se me quiten estos dolores... y llegado ese momento, no me quedó mas remedio que reír...
Luego me dí cuenta, de que la mente humana, es extraña. Reacciona ante las circunstancias exteriores.
El Chico no sonreía, el chico sabia de sus limitaciones... El chico estaba enfadado consigo mismo en esa fase inicial de esta terrible enfermedad en la que aún su frontera entre la realidad y la imaginación y el recuerdo se confunden. Dos días antes se había escapado de su casa, y había aparecido en el hospital, sin saber nadie como llego hasta allí.
Cuando Olvido se ausentaba de la habitación, yo que si tenía importantes limitaciones quedaba encargada de llamarla por teléfono si le perdía de vista.
No puedo decir que Petra fue mi compañera de habitación porque no conseguí hablar con ella en ningún momento, aunque por la noche se empeñaba en correr la cortina para verme dormir. Pero nunca me habló. El Chico tampoco. Pero en Olvido vi realmente un nuevo ÁNGEL DE LA GUARDA.
Gracias OLVIDO.

EL MOMENTO DE MI SOLEDAD....

Creo que en los hospitales lo tienen todo pensado, repensado y ordenado.
Primero te dan la información, y luego te colocan alejada, para que te la comas, lo pienses lo asimiles.
Una vez que la enfermera me preparó para quedarme en el hospital, me llevaron a una cosa que entre ellas llamaban el PARKING.
 Es esa parte del hospital que todos llaman de observación, donde un grupo de enfermeras vigilan y te mantienen aislado del resto del mundo para que vayas haciéndote a la idea de que tu vida en ese momento empieza a cambiar. Te sacan de lo que hasta entonces era tu realidad.. Te mantienen semi-atendido.
Al entrar allí, despues de haber pasado por el pasillo en el que una mujer en silla de ruedas seguía metiéndose con la enfermera por haberme atendido antes. Quedaron sus gritos en el pasillo mientras mi camillero me oyó decir... yo preferiría esperar y tener lo que tiene ella (un esguince), se lo cambio y así la atendéis antes.
El camillero, me miró y sonrió. Cumplió ordenes y me dejó en el PARKING, mientras disponían de una habitación para mi.
En ese momento agarre mi móvil y llamé a mi hermana que esperaba en un lugar mucho mas desagradable que el mio. La sala de espera de familiares de urgencias. Todo revuelto, el que está a punto de perder a un padre, el que ha traído al niño con fiebre y quien trajo a su hermana con un tobillo roto.
Nadie les había informado de lo que pasaba dentro.
Ellos no sabían que estaba pasando conmigo. Les dije "Estoy bien, me quedo ingresada, me tienen que operar, hay que avisar a los padres, porque mama si tardo en llamar se preocupara".
Allí junto a mi había un chico. No creo que superase los 22 o 23 años. Tenia en cabestrillo su brazo. Nos colocaron juntos, aunque creo que yo tuve mas suerte que el, yo estaba en camilla, el en un sillón.
De nuevo la compañía del ángel de la guarda anónimo. Cuando mi soledad y tristeza comenzó a invadirme, dirigiéndose a mi dijo: Has tardado poco en venir¡. Yo no salía de mi asombro. y le contesté: Si motivo por el que a la pobre enfermera le han dado una bronca monumental. Me contesto: Lo sé... yo estaba en el pasillo detrás de ti. Tu no me habías visto pero yo oí tus gritos cuando te quitaron la bota.
Bueno, ya me era mas familiar, me dijo ¿Te tienen que operar?, le dije que si y el me confirmó que a el también de su brazo. Compartimos nuestras historias, le conté como me había caído respondiendo a su pregunta, y el comenzo a contarme como había sido la suya desde un quad, una de esas motos de cuatro ruedas que había volcado tontamente. Me decía a veces hago el burro con ella, pero hoy de verdad que no era para tanto. Concluyó diciendo, iremos ambos a la misma planta seguro, y en ese momento llegó una enfermera y dijo NO, ella irá a la segunda y tu a la cuarta, entonces el me miró mientras se lo llevaban en la silla de ruedas y dijo vaya, pues ha sido un placer, le dije para mi también.
Desapareció de mi campo de visión.
Poco después otro camillero vino a por mi para subirme a la segunda planta, ya tenía habitación.
Al llegar a ella, saludé con mucho respeto a mi soledad. Dejé mi mirada perdida por la ventana, mientras veía las farolas de la calle, llovía ... comencé a pensar como les daría la noticia a mis padres...
Tras acordar con mi hermana que sería yo quien les llamara, que oír mi voz les tranquilizaría, tomé mi teléfono y marqué el número de mi casa, la de mis padres.
Contestó  mi padre, y con voz jovial y alegre le dije....
- Papa, tengo el pie un poco regular y me lo tienen que colocar... así que me tengo que quedar aquí en el hospital. (todo ello mientras como me enseñó Carlos marcaba una sonrisa en mi boca quedando así una alocución jovial, distendida e incluso alegre)
- Como que te tienes que quedar?
- Es un poco tarde,  le repliqué (ya eran las 12 de la noche) y tienen que colocarme el pié. Mañana os venís para acá y así os tengo mas cerca.
Bueno les deje tranquilos. No se pusieron nerviosos, mi convalecencia en el hospital acababa de comenzar. En la cama de al lado había una mujer MARÍA, me tranquilizó mucho su experiencia, ya que mas o menos sería lo mismo que me esperaba a mi. Tenia el tobillo roto, igual que yo. Ya la habían operado, igual que me iban a hacer a mi. Aunque su tobillo solo se había partido en 3 trozos. A ella ya la habían dicho que mes y medio de escayola y dos meses sin plantar el pie.
Era poco habladora. Lo suficiente. Lo necesario y me acompañó los dos primeros días. María vivía en el mismo barrio de Toledo que mis padres, y su caída fue en una escalera cuando se apagó la luz, al ir a buscar a un cura para el funeral de su hermana.


DE NUEVO EN URGENCIAS DE TRAUMATOLOGIA...

 Siempre me he preguntado por qué una de las entradas que mas veces se ha visualizado es una titulada UN DÍA EN URGENCIAS DE TRAUMATOLOGÍA... la verdad siempre se me olvida, pero es seguro que todos tenemos alguna experiencia en urgencias de traumatología.  En aquella ocasión acompañaba a mi hijo a urgencias de traumatología por un codo.
En esta ocasión mi hijo me acompañaba a mi por un tobillo, bueno por los dos...
Por primera vez vi a mi hijo "mayor".
Ya llevo unos meses diciendo ¡¡¡como ha crecido el niño¡¡¡, pero el niño fue el que me cambió de coche, colgándome sobre su cuello incapaz de plantar ninguno de los dos pies.
Un dolor insoportable invadía mi cuerpo, mis piernas, impotencia... desesperación... cada vez afianzando que lo que había ocurrido era importante... no era un simple esguince.
El traslado en coche hasta el hospital, largo y tortuoso, cada bache de la carretera se clavaba en mis pies, cada curva me hacía cambiar de postura o al menos intentarlo.
Por el camino con mucho dolor llamé a mis padres. Mi madre esperaba mi llamada de llegada a casa, y si tardo en llamar enseguida se preocupa, así que me adelanté a su llamada y le dije, "Voy a Toledo a urgencias mama, me he torcido un pié", sabiendo de sobra, que era mucho mas que eso ... Ella no le dio importancia, lo que me indujo a pensar que mis dotes de buena actriz funcionaron solo preguntó ¿y el niño? - el niño viene conmigo.
Vale, me dijo, cuando vuelvas a casa me llamas.
-Vale mama.
Después sonó el teléfono, Carlos tenía buenas noticias que darme, pero al escuchar mi voz, enseguida presintió que algo malo estaba pasando...
La llegada al hospital, me sentí orgullosa madre.... Mi hijo se encargó de dar mis datos, y mostrar todos los papeles necesarios, y mientras le miraba de pie en la cola de la ventanilla pensaba una vez mas ... "¡como ha crecido mi hijo¡"
Esta vez la espera no fue tan larga, sentada en una silla de ruedas, esperaba pacientemente una cola interminable, donde la gente se quejaba de las horas que llevaban esperando.
Yo ya había vivido aquella situación antes.
Las prioridades son las prioridades.
Salió la enfermera y me dijo en un tono mas bien desagradable ¡QUITESE LAS BOTAS¡ a lo que conteste no menos desagradable VA A SER QUE NO...
Me dijo: "si tengo que mirarla el pié se tendrá que quitar las botas, si no no puedo mirarle el pie"
Empezaba a sacarme de quicio... le dije NO PUEDO QUITARME LAS BOTAS... ¿ME AYUDAS?, y me dijo iniciando ya un tono de bronca mas que significativo
¿Es que usted no se quita las botas en su casa todos los días?
le conteste.. EFECTIVAMENTE, PERO CUANDO LLEGO A MI CASA CADA DÍA NO TENGO LAS PIERNAS TAN HINCHADAS COMO AHORA MISMO.
Me dejó allí abandonada como un perro, o al menos así me sentí.
Pero nuevamente funciono la providencia o los ángeles de la guarda.
De entre todo el tumulto salió Beatriz.
La primera vez que actué en una cueva, fue en la de su padre cuando hacía el papel de la loca madre de Mencía. Eran las 8 de la tarde, ella llevaba allí desde la 1 del medio día con un dolor en la  pierna. Me dijo ¿quieres que te ayude a quitarte las botas?, le dije, creo que la del pie derecho va a ser imposible Bea, esta demasiado dolorido e hinchado y supongo que esta roto. Ella lo intentó, y mis gritos se oyeron en toda la sala de espera de traumatología. Llegamos a la conclusión ambas, que sería necesario cortar la bota, pero consiguió quitarme la izquierda.

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De nuevo, salió la enfermera, creo que en ese momento ambas pensamos que se nos habían ido las vueltas en el encuentro anterior. Le dije he conseguido quitarme una, la otra rompela. Entonces ella agarró la bota y comenzó a tirar, y yo a gritar, y dijo... grita todo lo que quieras, no pasa nada y es bueno que lo hagas, tengo que quitarte la bota. Al sacarla dijo: "Esta pierna esta rota y es de quirófano, tendrás que quedarte ingresada". Mi pierna no era mi pierna... era otra cosa. El tobillo estaba tan gordo como la rodilla. A continuación pidió una camilla. Me tumbo en ella y me coloco la pierna, y directamente me paso a rayos.
Aquí viene la parte sorprendente, donde ambas nos entendimos supongo que ella al ver mi pierna me entendió y yo al oír como la llamaban "puta" y "guarra" porque yo había llegado la ultima y me estaban atendiendo la primera.
Junto con la radiografía entre a ver al traumatólogo que todo lo que hizo fue confirmar el veredicto de la enfermera.
- Tiene usted el tobillo roto por 7 sitios. Hay que operar y se queda usted ingresada.
- No lo puedo creer ,dije. Para cuanto tiempo tengo?
- Para que usted ande como andaba ayer.... 5 meses.
- No puede ser¡¡¡¡ tengo que inaugurar un proyecto en el mes de marzo.
- ¿Que proyecto es?
- Uno de comunicación sobre discapacidad y accesibilidad.
- Pues ha rizado usted el rizo... lo suyo es puro marketing¡¡¡ lo lleva usted incorporado a partir de ahora mismo.
Pedí disculpas a la enfermera y ella a mi también. Le pregunté su nombre, y le dije que volvería cuando tuviese mi pierna recuperada. Ella dijo, pues estaría bien, porque nadie vuelve después por aquí .. y se lo prometí. ALBA no me olvido de ti, y lo prometido es deuda, creo que iré a buscarte a URGENCIAS DE TRAUMATOLOGÍA mas o menos en el mes de junio o julio, y de todas formas GRACIAS POR TU ATENCIÓN, porque salvando el primer momento, sus mimos fueron continuos y constantes, cuando me desvistió, cuando me tubo en la camilla, cuando me hizo todas las pruebas médicas, e incluso cuando sabiendo que me gusta escribir, coloco a guía en mi mano izquierda.

LA CAIDA.....


He necesitado 11 días, para poder poner en orden todas las experiencias vividas desde el último miércoles 1 de febrero.
Fue un día extraño...
A lo largo de la mañana, reímos, discutimos, descansamos ... un día extraño....pero a medio día celebramos. Comimos con celebración y nos encontramos con Rocío a la hora del café. Café que tomamos de forma especial con ella.
A la caída de la tarde parecía que todo volvía a la normalidad.
Retorné a hacer mis compras, había terminado mi jornada laboral. Una jornada laboral, como todas las últimas llena de actividad, compromisos, organizaciones, ideas, y por supuesto lo que nunca nos faltan....sueños.
Con toda mi alegría compré todos mis caprichos, incluida una rosca de chocolate, que esperaba poder llevarme al día siguiente para desayunar en la radio.
Pensé por un momento en mi. Y me fui a la perfumería. Me hacía falta tener un momento para mí, después de un mes lleno de actividad y sin tiempo.
Entre en la perfumería a disfrutar de una de esas conversaciones de mujeres eligiendo perfumes. Este me gusta, este no... había una clienta además de la dependienta en la tienda.
Aprendí hace mucho que la vida es caprichosa y se pasa de la risa al llanto en décimas de segundo.
Lo aprendí un día lleno de alegría que recogía a mi familia en el aeropuerto. Toda mi familia en ese momento viajaba del aeropuerto a casa para contarnos las vacaciones, ver las fotos, abrir los regalos. Risas y alegrías después de quince días sin vernos. El coche de mi padre con mi madre, mi hermana y mi único sobrino en ese momento iba delante de mi. Yo conducía el mio detrás. No los perdía de vista. Pero en una curva dejé de verlos durante unos segundos, cuando al abrir la curva me encontré el coche de mi padre con el techo en el asfalto y las cuatro ruedas arriba aún girando.
La risa se tornó en llanto. Aunque afortunadamente no ocurrió nada, mas que siniestro total el coche.
La sensación del último miércoles fue la misma.
En la perfumería risas y aromas de perfumes. La clienta que estaba en la tienda jamás la había visto antes, pero daba igual probábamos en ambas manos las suyas o las mías los perfumes. Nunca pude imaginar que ya no olvidaría nunca esa cara.
Al salir... volvió a jurármela mi pié izquierdo. He llegado a la conclusión de que este, esta conchabado con mi SOLEDAD (Véase la entrada a MI SOLEDAD).
Salia contenta. La otra clienta y yo habíamos elegido al fin el mismo perfume. Habíamos concluido que realmente olía muy bien.
Salía con mi bolsa en la mano. Contenta con mi rosca de chocolate y mi nuevo perfume, imaginandome ya en casa con mi pijama dispuesta a iniciar la noche para al día siguiente continuar con mi vida.





Mi píe izquierdo se metió en un hoyo de la acera. Sonaron mis ligamentos, el dolor fue insoportable, hasta el punto de hacerme caer. Intentando evitar la caída mi pié derecho salió en mi auxilio se dobló primero hacia dentro sitiendo en ese momento una rotura dentro de mi pierna, pero reaccionó de forma tozuda como su dueña, intentando nuevamente colocarme en posición vertical, y sonó de nuevo otra rotura. Caí entonces al suelo. Llena de dolor era incapaz de levantarme de un espacio mínimo que había entre los escalones de la perfumería y el coche aparcado delante, coche que dicho sea de paso frenó la caída que podría haber terminado rompiéndome los dientes.
En el suelo... incapaz de salir de allí no podía verme ninguno de los viandantes de la calle, y comencé a gritar ¡¡¡POR FAVOR¡¡¡ La dependienta de la tienda y la clienta salieron en mi auxilio y una mujer que pasaba por la calle se detuvo también para auxiliarme. Es ese momento pensé que como me ha ocurrido en veces anteriores los próximo días serían de muletas, pero esta vez me dolían las dos piernas.
Mi vida frenó en seco. Mi autosuficiencia se fue en ese momento de vacaciones. Mis sueños tendrían que esperar yo calculaba al menos quince o veinte días.
Pero durante los minutos que estuve allí, esperando el socorro y el traslado a un centro sanitario. Las manos de estas tres mujeres pasaban por mi cuerpo. Me agarraban el hombro, me colocaban el pelo, me agarraban de las manos. Intentaban tranquilizarme. Ellas sabían igual que yo ... que esto sería complicado.
Nunca antes había hablado con ellas, salvo con la dependienta de la tienda con quien me unían conversaciones relacionadas con su establecimiento. Nunca antes alguien que apenas si me conocían me habían acariciado con tanta ternura.
Ninguna de ellas se movió de allí hasta que conseguí subir al coche de mi amiga Soledad. Todas ellas pararon su vida igualmente durante esos minutos que se hicieron eternos.
Mi SOLEDAD, ya comenzaba a celebrar su triunfo.
Mi cabeza empezaba a dar vueltas.
Ese episodio, me demostró que lo que me enseñó mi madre de hablar con TODO EL MUNDO es bueno. Las personas a las que mas quiero no podían imaginar mi situación en ese momento. Ellos no podían ayudarme en este episodio que como accidental, y como accidente nadie había previsto. Pero la bondad de las personas existe... solo hay que tener en cuenta una cosa. Cada persona que encontramos en nuestro camino está ahí colocado por alguna razón. Aunque no les conozcamos de nada. Aunque nos parezcan auténticos ANÓNIMOS, tal vez pueden convertirse en décimas de segundo en nuestro ángel de la guarda.
No se si volveré a encontrarme con estas tres mujeres. Pero desde aquí. Desde mi BLANCA PALOMA quiero dejar constancia, de que hicieron todo lo que pudieron en esos momentos, incluso dar calma y cariño a alguien a quien no conocían (o tal vez si porque con la radio uno nunca sabe) pero yo a ellas con toda seguridad que no las había visto antes.
GRACIAS DE VERDAD A MIS MUJERES ANÓNIMAS... A esas que supieron mantenerme con calma los eternos minutos que duró mi auxilio.